Hoy ha sido un día muy especial para mí y me gustaría contaróslo...
He empezado la jornada yendo al instituto a despedirme de los alumnos, de los profesores y del tutor que desde el quince de marzo me han acompañado durante mis prácticas del máster. Temía que fuera a llorar como una madalena, pero no lo he hecho. La verdad es que ha sido muy bonito. Quería haberles dicho algo a los nenes, pero el implacable sonido del timbre hizo que salieran en estampida hacia la puerta del aula y me quedé con la miel en los labios. Al fin y al cabo son niños. Mi compañera y yo desayunamos con todos los profesores con los que habitualmente lo hacíamos y luego nos fuimos despidiendo uno a uno. No me puse triste, pero sentí un gran agradecimiento hacia ellos. Me dio pena separarme de mi tutor, también compañero mío de carrera; parecía como si a partir de ahora tuviera que navegar sola en esto de la enseñanza y sentí un poco de miedo, como si me lanzara al abismo. A uno le pueden guiar hasta que da el gran salto al vacío y empieza a moverse sin ayuda de nadie.
A media mañana me conecté un momento al ordenador y en el messenger me saludó mi querida amiga Claudia; la conozco desde los cuatro años y para mí, más que una amiga, es una hermana. Hacía mucho que no hablábamos y ahora que se acercan nuestros cumpleaños quería que quedáramos. Como no concretábamos fechas por mi examen de oposición me dijo la gran noticia: ¡embarazada de cinco meses! sentí una felicidad plena al leer sus palabras. No me podía creer que mi amiga del alma fuera a ser mamá; y yo me sentí de repente la "tía" de esa criaturilla que iba a nacer. Podía haber sentido envidia (en algún momento se me ha pasado por la cabeza ser madre), pero fue todo lo contrario; me invadió una sensación de felicidad y de amor increíble. No me enredé en mis pensamientos sobre si se me "iba a pasar el arroz" y cosas de este tipo y en compararme con ella, sino que disfruté del momento y de esa alegría que ella me transmitió.
A última hora tuve que enviar a mi tutor del instituto un mail con las actividades sobre las clases que impartí; lo necesitaba para hacer los exámenes de repesca. Yo aproveché y le dí las gracias por todo, por su tiempo, por haberme dado consejo y ayuda tanto en lo profesional como en lo personal... etc y él me contestó con unas palabras muy hermosas que os las quiero reproducir:
[i]"[...] en fin muchas gracias por los temas que me envías, que casi es lo de menos, y por esas cuatro cosas que a uno le suenan a que cuando se cruce contigo se encontrará con un cálido abrazo. Mucha suerte que te la mereces, y un futuro del que te sientas dueña"[/i]
Y me emocioné al leerlas. Sentí tanto amor en ellas. Si das amor, recibes amor. No sé lo que me deparará el futuro, pero frases como esta hacen que piense que todo lo que hago tiene sentido y eso me reconforta mucho. Me dan ánimos para seguir adelante y saber que estoy en el camino adecuado.